jueves, 26 de abril de 2012

Sami Khedira

Joachim Löw y Jose Mourinho no necesitan carta de presentación. Tanto uno como otro han demostrado que sus métodos son eficaces y equilibrados, y que son capaces de manejar un colectivo ajustando las prestaciones individuales para alcanzar buenos resultados globales. En común tienen la apuesta por Sami Khedira. Cuando Löw decidió que Sami sería el acompañante de Schweinsteiger en la medular durante el Mundial de Sudáfrica, la decisión no dejó de ser, para algunos, sorprendente. El hecho de que su debut oficial con la Mannschaft fuese en el primer partido del equipo en el torneo contra Australia es significativo. Cierto que había jugado los últimos amistosos de preparación previos a la gran cita, pero la apuesta del técnico en su figura a pesar de su inexperiencia en partidos de esta exigencia resulta realmente simbólico. 

Y la realidad es que Khedira se mostró como un futbolista de primer nivel en el rol exigido en partidos de máxima presión. Cierto que ya estaba asentado en el equipo que le vio crecer, el Vfb Stuttgart, donde llevaba dos años como titular, y dos previos con mucho tiempo en Bundesliga, pero nada tiene que ver el todo o nada de una cita mundialista con los minutos en un Stuttgart que no tenía en ese momento la exigencia real de ganar títulos. Mourinho vio en él un complemento ideal para Xabi Alonso, otorgando al tolosarra la responsabilidad de iniciar jugada, y convirtiéndole en el futbolista que debía ofrecer ayuda y superioridades en muchas zonas del campo gracias a su enorme recorrido.

La realidad es que Khedira cumple ciertas tareas con una suficiencia asombrosa. Su concentración en fase defensiva hace que segundas jugadas y rechazos sean barridos por él con enorme continuidad cuando el equipo está establecido en defensa posicional. Cuando el Real sufre, Khedira se convierte en un elemento clave gracias a su intensidad defensiva. Además, es un futbolista absolutamente clave tras pérdida. Su capacidad para llegar lateralmente y su lectura en anticipación ayudan muchísimo al equipo para reducir el número de carreras en bloque hacia la portería de Casillas. Además, cuando el equipo tiene el balón, tiene características concretas que también ayudan. Su conducción apoyada en su imponente físico ofrece en ocasiones aire al equipo, ya que es capaz de proteger el balón o avanzar metros que permiten al Madrid multiplicar apoyos en campo contrario. Además, al no escatimar en el esfuerzo, ofrece superioridad en área rival, ya que no duda en pisarla, y aunque le falte pulcritud en el gesto técnico para ser decisivo en la misma, atrae rivales y libera marcas. Sin duda muchas condiciones que le hacen un futbolista realmente relevante.

Sin embargo, la eliminatoria frente al Bayern Munich permite sacar otras conclusiones. Y resulta complicado, puesto que realmente Khedira ha estado muy bien en ambos partidos. Todas las virtudes expuestas ahora mismo, se han visto en el doble enfrentamiento contra los alemanes en su máximo esplendor. Le dio oxígeno al equipo en todo momento, y corrigió situaciones realmente complicadas, que se sucedían con continuidad gracias al brutal potencial ofensivo del conjunto bávaro. Sin embargo creo que en el desarrollo de los partidos, la aportación de Khedira se quedó corta, la exigencia del choque fue tal que requería que en su posición ofreciese algo más en fase de salida. En la siguiente imagen vamos a ver una situación que el Madrid repite con asiduidad cuando inicia jugada:


Cuando el rival no le regala el primer pase a Ramos o a Pepe, Xabi retrasa para iniciar entre ellos, y tratar de activar el circuito de salida del equipo con limpieza. Ocurre que Xabi no está al nivel de inicio de campeonato, no termina de encontrar el ritmo ni la firmeza en el pase y el Real lo está acusando. El Bayern supo agruparse realmente bien en ambos partidos y la distancia entre líneas fue muy escasa. Tampoco Benzema es un delantero de buscar el choque, tratar de encontrarle en largo y dar oxígeno al Real Madrid por ahí, por lo que no existía una opción distinta para estirar al equipo bávaro. Los apoyos de la línea de tres del Real Madrid (Cristiano Ronaldo-Özil-Di María), eran siempre muy largos, por lo que el balón de Xabi se recibía de espaldas y con el rival encima, siendo imposible para el equipo transitar de manera acertada, no había apoyos horizontales y el Real Madrid no consiguió dominar el juego prácticamente en ningún momento de la eliminatoria. Y es aquí donde pienso que tal y como está diseñado el circuito de salida del equipo, cobra un papel vital Sami Khedira. Su recepción por delante de Xabi y en la misma horizontal de Arbeloa-Marcelo (o Coentrao), debía ser la que diese la continuidad necesaria, el escalón clave para activar a la línea posterior. Creo que el Real Madrid necesitaba en la eliminatoria un futbolista que ahí, ofreciese mayor calidad en la recepción, en la orientación, en el manejo, en el gesto técnico. Un jugador capaz de eliminar rivales cuando tenía la posesión y ofreciese ventajas a los hombres que debían ser determinantes. El hecho de que Khedira no tenga las aptitudes para conseguirlo, hizo que, quizá, él mismo no diese un paso al frente para ser protagonista. Esa posición requería de mucha determinación y Khedira jugó con ella en todas las fases de los dos partidos, excepto en el inicio de jugada. 

Resulta, por tanto, muy contradictorio hacer una valoración sobre su rendimiento y aportación. Diseccionando su fútbol, me parece un futbolista absolutamente vital durante muchos minutos de los partidos, porque es fantástico en muchos aspectos. Quizá le esté pesando el hecho de que Xabi no termine de mostrar el espectacular fútbol de inicio de campaña, obligándole a una responsabilidad que no es capaz de llevar, mostrándonos por un problema colectivo, sus carencias individuales. Lo cierto es que, en mi opinión, el Bayern empezó a ganar el partido en ese momento, cuando el Madrid trataba de activar su circuito de circulación, y no lo conseguía con limpieza prácticamente nunca. Veremos las soluciones que plantea Jose Mourinho. La mejor sería recuperar al Xabi determinante, mientras que en la recámara están los nombres de Granero y Sahin, que quizá solucionarían este problema, pero le darían al equipo otros que no tiene con Khedira. 

viernes, 13 de abril de 2012

Un Dortmund de campeonato

Cuatro de cuatro. Este es el promedio de victorias/partidos que tiene el Borussia Dortmund frente al Bayern Munich en la Bundesliga durante las últimas dos temporadas. Resulta sin duda sorprendente, teniendo en cuenta el potencial del equipo bávaro, que éste no haya sido capaz, ni siquiera, de obtener un empate durante los últimos cuatro enfrentamientos ligueros. Y es que, si contamos el gasto en fichajes durante ese periodo, el Bayern ha invertido casi 50M€, mientras que el Dortmund ha gastado unos 15. Con la victoria del Dortmund sobre el Bayern el pasado miércoles por 1-0 en el Signal Iduna Park, el equipo de Klopp se sitúa con 6 puntos de ventaja a falta de 4 jornadas por disputarse. En este contexto, sacando 7 puntos de los próximos 12, el Dortmund sería campeón. Schalke fuera, Mönchengladbach en casa, Kaiserslautern fuera, y Friburgo en casa serán los obstáculos. El rendimiento del equipo está siendo espectacular (no pierde en liga desde el 18 de septiembre, en la jornada 6), y sin duda al enfrentarse al Bayern Munich se observa el tremendo rendimiento colectivo que tiene el bloque. Merece la pena, por tanto, analizar al equipo en base al último enfrentamiento entre ambos.

El once que puso Klopp para enfrentarse al Bayern fue prácticamente el titular, aunque hay que recordar que Götze está lesionado, o que Bender ha disfrutado de muchos minutos en el sitio de Gündogan. Un 4-2-3-1 absolutamente equilibrado. Lo cierto es que el preparador natural de Stuttgart, lleva trabajando esta base durante mucho tiempo. El equipo que habitualmente juega es prácticamente calcado al que se proclamó campeón el pasado curso, con la sustitución obligada del que fuera mejor jugador de la Bundesliga, Nuri Sahin, y el relevo en la delantera de Lucas Barrios por un Lewandowski que tras la lesión del punta argentino-paraguayo le ha ido quitando el sitio con absoluta justicia. Una de las claves del equipo, sin duda alguna, es la continuidad.

Sin pelota el Dortmund se ajusta de manera precisa, optimizando el espacio y siendo un bloque difícil de superar al intentar cambiar la orientación del juego y girarle. Fue generalizada la opinión del buen fútbol que la pasada temporada desplegó el equipo en fase ofensiva, y sin duda que hubo tramos del año donde ver jugar al Dortmund con posesión fue una maravilla, pero no hay que pasar por alto el espectacular trabajo defensivo al que Jürgen Klopp somete a sus futbolistas.

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En esta primera secuencia se ve muy bien la armonía y solidaridad del equipo. En la S.1 vemos a Ribery con posesión. El peso del juego está en la izquierda, la subida de Alaba está vigilada por Piszczek, y Blaszczykowski se mete dentro para impedir que Ribery progrese. Es muy significativa la ubicación de Schmelzer-Grosskreutz estando el peso en la izquierda del ataque bávaro. El lateral Schmelzer parece un tercer central, mientras que Grosskreutz prácticamente hace de lateral para hacer vigilancia sobre Robben. La diagonal dibujada por él mismo, Kehl y Kagawa, hace que un cambio de orientación no suponga un problema, gracias a su cercanía con el perfil derecho del ataque del Bayern. Precisamente esto vemos en las S.2 y S.3. Ribery abre sobre Lahm y tres hombres del Dortmund pueden llegar con facilidad e impedir que el Bayern raje por el sector opuesto. Cuando Robben recibe la pelota tiene hasta tres hombres encima (S.4), sin que estos hayan tenido que recorrer una gran distancia. Robben solo encuentra salida con el apoyo de Lahm, que recibe de espaldas y con el Dortmund ya basculado, sin que esto haya supuesto un gran esfuerzo. En ese momento (S.5 y S.6), la presión sobre Lahm se activa, que se encuentra ante la imposibilidad de girar y con hasta 4 hombres rodeándole, lo que provoca la pérdida y la opción de contra.

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En la anterior secuencia observábamos al equipo en defensa posicional. La primera línea de presión había sido superada y el Dortmund se encontraba absolutamente replegado. Pero no defendió así durante todo el partido, e incluso, si queremos extrapolar el análisis a su rendimiento frente a otros rivales, nos encontramos con que cuando el contrario inicia, en muchas ocasiones el Dortmund pretende ahogar la salida y recuperar a una mayor altura, algo que, como es lógico, se acentúa frente a equipos de menor potencial. En las S.7 y S.8 observamos que Neuer abre sobre Alaba para iniciar jugada, pero la presión de Blaszczykowski y Kawaga y el acercamiento de Lewandowski sobre el central obligan al lateral a rifar el balón. Esta es una acción común en cualquier partido de fútbol, pero merece la pena rescatarla ligándola al Dortmund por dos motivos. 
El primero de ellos es la interpretación. Rara vez el Dortmund aprieta en momento de no debilidad rival. Siempre el mecanismo se activa cuando el contrario recibe de espaldas, o no tiene un apoyo cercano como es este caso. La elección del momento es vital para no verse sorprendido, y esto es algo que el Dortmund controla con mucho rigor.
El segundo es su pareja de centrales. El apoyo largo del punta no es un recurso óptimo para el contrario, porque tanto Subotic como Hummels tienen una habilidad para anticipar y achicar bárbara. Cualquier balón directo debe superar la velocidad para leer la jugada de ambos centrales, además de su fantástico juego aéreo. 

La efectividad del Dortmund para poder robar en campo rival, o forzar la continuación y efectuar la pérdida en propio, así como su buena coordinación en defensa posicional, hacen del equipo un bloque mucho más aguerrido de lo que puede parecer si nos nublamos con todo lo que es capaz de ofrecer cuando tiene la posesión, sea en ataque posicional o tirando contragolpes. Y precisamente eso le hace un rival durísimo: su equilibrio. Pero por supuesto con posesión de pelota, el Borussia Dortmund tiene otro abanico de recursos de primerísimo nivel.

En la fase de inicio, el equipo tiene fluidez. Podemos diferenciar entre la salida interior o exterior, y es que el posicionamiento y naturaleza de los futbolistas ofrece ambas opciones. Con Gündogan en el campo, destacan tres hombres que acaparan la influencia sobre el balón, y se ubican a tres alturas diferentes de la zona interior: Hummels, Gündogan y Kagawa. En las bandas, las parejas Piszczek-Blaszczykowski y Schmelzer-Grosskreutz fijan por fuera. Así el equipo tiende a ensanchar al rival, que si quiere abarcar mucho lateralmente, concede por dentro donde el Dortmund puede confeccionar a tres alturas, y si trata de ahogar el juego interior siendo estrecho, las recepciones y la verticalidad de las parejas laterales hacen que el equipo pueda progresar exteriormente. El primer factor a mencionar en este mecanismo es Hummels. Desde su posición de central, es el primer gran punto de influencia. Tiene tres enormes virtudes en este momento: Su facilidad para batir linea con balones rasos, su capacidad en el golpeo largo, y su suficiencia para rebasar rivales en conducción. Así, es capaz de protagonizar el inicio por dentro, si decide conducir o elegir el apoyo corto, o por fuera, debido a su maravilloso golpeo en largo. Gündogan consigue recibir con ventaja en la base y ser la referencia en segunda altura, mientras que Kagawa emplea su movilidad en 3/4 para ganar la espalda del mediocentro. Tres futbolistas de enorme influencia en el establecimiento del ataque posicional y que encima gozan de espacio porque el equipo es ancho con pelota. El buen juego interior del Dortmund facilita el fútbol en campo contrario, y además sirve de pólvora para disparar su vertiginoso juego exterior. Las mencionadas parejas de banda son capaces de producir mucho 2x1 por fuera, gracias a la profundidad de los laterales y la buena interpretación del fuera-fuera o fuera-dentro de sus dos volantes (sobre todo Grosskreutz). Estas parejas de banda tienen una gran importancia tanto en la continuidad del ataque posicional como en el contragolpe. En el primero de los casos por sus recepciones en banda cuando el rival está replegado. En el segundo porque su velocidad encuentra en muchos casos carril despejado, y ya hemos comentado que el Dortmund aprovecha muy bien la pérdida rival.

Lewandowski es otro de los factores clave del equipo. Y es algo que resulta realmente sorprendente, teniendo en cuenta el rol de titular indiscutible que tuvo Lucas Barrios durante la consecución del pasado título liguero. Pero el polaco, ex del Lech Poznán, se está ganando a pulso un hueco en el equipo. A sus magníficas cifras goleadoras (20 tantos en Bundesliga, en 30 partidos disputados), hay que sumar una contribución al juego bestial, sin ser demasiado talentoso ni poseer un buen gesto técnico. Como estamos centrados en fase ofensiva, es ahí donde vamos a destacar su labor. En la S.9 observamos algo que se repite con muchísima asiduidad en los partidos y que supone aire fresco para el equipo cuando está viviendo en defensa posicional. Se trata de su implicación, de la agresividad que tiene para ganar balones divididos, que supone que en ocasiones el esfuerzo le lleve a una altura tan cercana a su área que debería ser absolutamente antinatural para un punta referencia. Sin embargo, su concentración y capacidad de sacrificio le hacen ganar balones que resultan clave en la oxigenación del equipo, además de en ocasiones permitir contras mortales. La S.10 es muy simbólica, teniendo en cuenta la anterior imagen. Si antes Lewandowski retrasaba muchísimos metros, ahora le vemos muchísimo más adelantado, en una de sus grandes virtudes: el desmarque de ruptura. Es muy constante, traza hacia un perfil, hacia otro, dando siempre una opción profunda, lo que implica que el rival se estire, permitiendo no solo un balón que le encuentra a él, si no un espacio por dentro que facilita la tarea a los futbolistas que más participan en la creación. 

Resumiendo, las grandes virtudes del Dortmund son, por un lado, la tremenda sintonía que tiene su fútbol con la naturaleza de sus futbolistas, y por otro, el maravilloso equilibrio que tiene el equipo transitando, ya sea defensa-ataque o viceversa. Por supuesto, la vuelta de Götze o el fichaje de Reus, enriquecerán un bloque que ya de por sí es potentísimo. Sin duda un gran interés en ver como Klopp consigue hacer funcionar a ambos con Kagawa, puesto que tendrá que variar detalles actuales. Pero eso será otra historia, de la que estaremos atentos. Sin duda el interés actual se centra en esas cuatro finales que tiene el Borussia Dortmund por delante, para conseguir su segundo título de liga consecutivo. Desde luego, por propuesta, lo merece.